jueves, 16 de abril de 2009

La lactancia

La leche materna es el mejor alimento para la mayoría de los bebés. Contiene todos los nutrientes que el bebé necesita para crecer y desarrollarse sano durante los primeros seis meses de vida, además de sustancias que lo protegen de numerosas enfermedades. Amamantar al bebé también es beneficioso para la salud de la madre ya que, entre otras cosas, le permite recuperar con más rapidez el peso que tenía antes de quedar embarazada. Además, el vínculo especial...

La leche materna es el mejor alimento para la mayoría de los bebés. Contiene todos los nutrientes que el bebé necesita para crecer y desarrollarse sano durante los primeros seis meses de vida, además de sustancias que lo protegen de numerosas enfermedades. Amamantar al bebé también es beneficioso para la salud de la madre ya que, entre otras cosas, le permite recuperar con más rapidez el peso que tenía antes de quedar embarazada.

Además, el vínculo especial que se forma entre la madre y el bebé se traduce en beneficios emocionales para los dos. sintomas-del-embarazo.blogspot.com recomienda a todas las madres amamantar a su bebé siempre que sea posible para que ambos puedan disfrutar de todos sus beneficios. La Academia de Pediatría de los Estados Unidos (AAP) aconseja amamantar al bebé durante doce meses como mínimo. Sin embargo, por breve que sea el período de lactancia, la salud del bebé resultará beneficiada.


¿Cuáles son los beneficios de la lactancia para el bebé?

La leche materna proporciona al bebé las cantidades ideales de proteína, azúcar, grasa y la mayoría
de las vitaminas que necesita para crecer y desarrollarse sano. La leche materna también contiene
sustancias llamadas anticuerpos que ayudan al bebé a protegerse frente a numerosas
enfermedades infecciosas. Diferentes estudios han comprobado que los bebés amamantados tienen
menos probabilidades que los bebés alimentados con fórmula de padecer infecciones de oído,
respiratorias (como neumonía y bronquiolitis), meningitis, infecciones de las vías urinarias, vómitos
y diarrea. Los estudios sugieren también que los bebés amamantados podrían tener menos
probabilidades de morir a causa del síndrome de muerte súbita del infante. La leche materna es fácil de digerir para el bebé y esto hace que produzca menos gases y sienta menos malestar.

Los beneficios de la lactancia materna pueden durarle al bebé toda la vida. Los estudios sugieren que las personas que fueron amamantadas tienen menos probabilidades de desarrollar alergias, diabetes dependiente de insulina, ciertas enfermedades intestinales crónicas (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) y, en el caso de las mujeres, cáncer de mama. Los bebés amamantados también podrían tener menos probabilidades de volverse obesos en una etapa posterior de sus vidas.

La leche materna también puede favorecer el desarrollo del cerebro. Algunos estudios sugieren quelos niños que fueron amamantados podrían obtener mejores resultados en las pruebas de capacidad cognitiva que los niños alimentados con fórmula.

¿Cuáles son los beneficios de la lactancia para la madre?
La lactancia contribuye a aumentar los niveles de una hormona llamada oxitocina que hace que el útero de la madre se contraiga y, de esta manera, ayuda a reducir la hemorragia después del parto y a recuperar el tamaño que tenía antes del embarazo. También demora el retorno del período menstrual de la mujer, lo cual la ayuda a reducir la posibilidad de otro embarazo inmediato. (Sin embargo, si la mujer y su pareja no desean tener un bebé de inmediato, es aconsejable que utilicen algún método de control en cuanto reanuden sus relaciones sexuales, ya que es difícil determinar cuánto tardará la madre lactante en recuperar su fertilidad.)

Las madres lactantes queman más calorías que las demás mujeres, por lo que tienden a recuperar el peso que tenían antes del embarazo con mayor rapidez. Esto ocurre incluso cuando la mujer lactante consume las 500 calorías extras al día recomendadas para mantener su suministro de leche y cubrir sus propias necesidades nutricionales.

Los estudios sugieren que la lactancia podría
ayudar a la mujer a reducir su riesgo de contraer cáncer de ovario y cáncer de mama premenopáusico. También aumenta la fortaleza de los huesos, lo cual podría reducir el riesgo de que la mujer se fracture la cadera después de la menopausia.

¿En qué se diferencian la leche materna y la fórmula?
La leche materna contiene todos los ingredientes que el bebé necesita para desarrollarse en forma sana. Las fórmulas basadas en leche de vaca o de soja incluyen muchos de los nutrientes que se encuentran en la leche materna.
Los bebés alimentados con fórmula crecen y se desarrollan normalmente pero no reciben algunos de los ingredientes adicionales que se encuentran presentes en la leche materna. Los fabricantes de fórmula no pueden copiar todos los ingredientes que hay en la leche materna, en parte porque algunos de ellos aún no se han identificado.

La leche materna incluye anticuerpos y otras sustancias del sistema inmune que ayudan a proteger al bebé contra las enfermedades. Contiene factores de crecimiento, hormonas y otras sustancias que ayudan al bebé a crecer y a desarrollarse a un ritmo normal. La leche materna también contiene ácidos grasos que, según se cree, promueven el desarrollo del cerebro y, posiblemente, aumentan la inteligencia. Algunos fabricantes de fórmula añaden a su producto dos de estos ácidos grasos (el ácido docosahexaenoico o DHA y el ácido araquidónico o ARA) a sus productos.
No
obstante, según la AAP, aún no se han comprobado los beneficios a largo plazo de la fórmula mejorada con estos ácidos grasos. Según las recomendaciones de la AAP, todos los bebés, incluidos aquellos que se alimentan exclusivamente con leche materna, deben consumir al menos 200 unidades internacionales (UI) de vitamina D para evitar desarrollar una enfermedad debilitadora de los huesos llamada raquitismo.

Los bebés amamantados tienen un riesgo mayor de desarrollar esta enfermedad, ya que la leche materna, a diferencia de la fórmula, tiene un bajo contenido de vitamina D. Se recomienda dar a los bebés amamantados unas gotas de un complejo vitamínico que contenga vitamina D desde los primeros dos meses de vida.

A diferencia de la fórmula, la composición de la leche materna cambia a medida que el bebé se desarrolla, para proporcionarle la cantidad justa de nutrientes y otras sustancias que necesita en las diferentes etapas de su desarrollo. Durante los primeros días después del parto, por ejemplo, la mujer produce una forma de lecha espesa y amarillenta conocida como calostro. El calostro tiene un alto contenido de proteínas y sustancias del sistema inmune que el bebé necesita en los primeros días de vida. Más adelante, la madre comienza a producir en mayor cantidad una forma de leche menos espesa con un contenido menor de proteínas y un contenido más alto de grasas.
La leche
materna que produce la madre de un bebé prematuro es diferente a la que produce la madre de un
bebé nacido a término y resulta adecuada para cubrir las necesidades del bebé en su etapa
específica de desarrollo.

¿Cuánto tiempo se aconseja amamantar al bebé?
La AAP recomienda alimentar a los bebés exclusivamente con leche materna (sin agua, fórmula ni otros líquidos o sólidos) durante aproximadamente los primeros 6 meses de vida. Es aconsejable que las mujeres continúen amamantando a sus bebés durante los seis meses siguientes mientras van introduciendo alimentos sólidos en su dieta. Además, pueden continuar amamantándolos después de los 12 meses, siempre y cuando tanto la madre como el bebé lo deseen. Si bien estas recomendaciones se consideran ideales, una madre debe tener en cuenta que amamantar a su bebé por menos tiempo también es beneficioso para la salud de éste.

¿En qué casos se aconseja no amamantar al bebé?
La lactancia es aconsejable para la gran mayoría de madres y bebés. Sin embargo, hay algunas
excepciones.
En los Estados Unidos se recomienda a las mujeres que tienen VIH (el virus de

inmunodeficiencia humana que provoca el SIDA) que no amamanten a sus bebés ya que pueden
transmitirles el virus a través de la leche materna. Esta recomendación puede diferir en algunos países en desarrollo. Las mujeres que tienen tuberculosis activa y que no se han tratado con medicamentos tampoco deberían amamantar a sus bebés. (Sin embargo, las mujeres que reciben un tratamiento con fármacos para la tuberculosis pueden amamantar a sus bebés con seguridad.)

Por lo general, no es necesario que la mujer deje de amamantar a su bebé si tiene una
enfermedad, como la gripe por ejemplo, ya que le transmitirá los anticuerpos que lo protegerán contra esta enfermedad.

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