Son muchos los futuros padres que ansían ver las primeras imágenes de su bebé mediante ultrasonido. El ultrasonido es una técnica que utiliza ondas sonoras para ver imágenes del bebé en una pantalla. El médico frota un dispositivo manual (llamado transductor) sobre el abdomen de la mujer embarazada o introduce un dispositivo en su vagina. La mujer siente presión a medida que éste mueve el transductor pero por lo general el procedimiento no es doloroso. El ultrasonido se puede realizar en varias etapas durante el embarazo: Primer trimestre Entre las 8 y 12 semanas para calcular las semanas de embarazo
Entre las 10 y 13 semanas para revisar si el bebé tiene o no un defecto del tubo neural (un defecto que afecta el cerebro y la médula espinal) Segundo trimestre Entre las 16 y 20 semanas como guía cuando se realiza una amniocentesis Entre las 18 y 20 semanas para chequear el desarrollo y tamaño del bebé, y mirar por defectos congénitos mayores Tercer trimestre Para revisar los niveles de líquido amniótico (si hay mucho o muy poco) Para revisar el bienestar y los movimientos del bebé Un examen de ultrasonidos de rutina, que suele durar 20 minutos, permite determinar la edad del feto, identificar los embarazos múltiples (mellizos, trillizos o más bebés), controlar el crecimiento y el tamaño del feto y detectar los principales defectos de nacimiento. Si su médico sospecha que existe la posibilidad de que su bebé nazca con algún defecto congénito, le pedirá que se realice un examen con ultrasonido más detallado (un examen de nivel II o un ultrasonido tridimensional).
El ultrasonido también se utiliza para facilitar el diagnóstico de ciertas complicaciones del embarazo, como las causas de una hemorragia vaginal, y para controlar el desarrollo normal del feto en la última etapa del embarazo. Cuando existe un motivo médico para realizar la prueba, el ultrasonido puede proporcionar información valiosa que permitirá elegir un tratamiento adecuado para mejorar las probabilidades de la mujer de tener un bebé sano.
El ultrasonido es seguro tanto para usted como para su bebé siempre y cuando se use adecuadamente y sea necesario obtener información médica sobre el embarazo. Se debe evitar el uso casual del ultrasonido durante el embarazo. Muchos médicos recomiendan a las mujeres de bajo riesgo que se realicen un ultrasonido también, simplemente para controlar el crecimiento del feto y su estado de salud. Pero no se sienta decepcionada si su médico no lo hace.
Los estudios sugieren que las mujeres de bajo riesgo que se someten a exámenes de ultrasonidos no tienen más probabilidades de tener bebés sanos que las mujeres de bajo riesgo que no se someten a la prueba. El ultrasonido no detecta todos los defectos de nacimiento, por lo que no puede garantizar que un bebé sea sano.
Además, en ocasiones puede producirse un "resultado falso positivo", es decir, se informa incorrectamente a la mujer de que su bebé podría tener un defecto de nacimiento. Si bien, a través de los exámenes de seguimiento suele comprobarse que el bebé está sano, las falsas alarmas generan temor. Existe un equipo nuevo de ultrasonido que ofrece una imagen tri-dimensional del feto (ultrasonido 3-D). Esta tecnología está disponible en algunos centros médicos y en algunas oficinas de médicos.
El ultrasonido 3-D es tan detallado como una fotografía. Se puede utilizar cuando se sospecha la posibilidad de defectos congénitos en el feto. Algunas facilidades ofrecen ecografías 3-D sin ninguna razón médica. Una versión móvil de esta tecnología se le llama ultrasonido 4-D.
El Colegio de Obstetras y Ginecólogos, la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA), y otros expertos no recomiendan el uso de examinaciones por ultrasonido sin razones médicas. Los individuos que las administran pueden no estar adiestrados adecuadamente y pueden ofrecer a una mujer información errónea o perjudicial.
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